El arranque explosivo de Mariana Zúñiga en el tiro con arco
ha sorprendido a todos quienes rodean este deporte. Lo que comenzó como un
pasatiempo, poco a poco se fue convirtiendo en extensas jornadas de
entrenamiento que tradujo en una clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio
2020, que, por la pandemia, se desarrollarán entre el 23 de julio y el 8 de
agosto de este año.
La representante de Chile y Colo-Colo en la cita planetaria,
cursa el primer año de Psicología en la Universidad Católica, y asegura que
este último tiempo ha sido de mucha adaptación. Sueña con contribuir en el
cambio de mentalidad en la sociedad respecto al deporte paralímpico y entregar
las armas necesarias a quienes nacen con otras capacidades para hacerlos
valientes, fuertes y grandes.
Ser deportista de
alto rendimiento en Chile en muchas ocasiones se vuelva algo complejo, y puede
ser aún más difícil para los deportistas paralímpicos. ¿Cómo ha sido todo este
proceso deportivo?
Para mí el deporte ha sido un proceso bien explosivo porque
crecí muy rápido en el deporte. A medida que fui progresando, me di cuenta de
cosas como del mundo convencional y el paralímpico, lo que me gusta y lo bonito
de mi deporte, es que esas diferencias de ambos mundos no son tan notorias. Por
ejemplo, yo que soy deportista paralímpica, también represento a Chile en
competencias convencionales porque las normas y el estilo de competencia me lo
permiten. En ese sentido, el deporte de tiro con arco es muy inclusivo.
Entraste a estudiar
psicología en la Universidad Católica y representarás a Chile en los juegos
panamericanos de Tokio. ¿Cuáles son tus principales objetivos en la carrera
profesional y deportiva?
En lo deportivo mis principales metas son los Juegos
Olímpicos de Tokio que están a punto de comenzar, yo creo que debo dar lo
máximo en ese torneo y representar a Chile de la mejor manera, y ojalá que, en
un par de años, me gustaría mucho representar a Chile en los Juegos
Panamericanos de Santiago 2023. Si se da la oportunidad, espero clasificar a
los próximos Juegos Olímpicos de Paris.
En lo profesional, mis objetivos están ligados a lo que
venimos haciendo como equipo paralímpico en el deporte, y es poder ayudar desde
la psicología a personas con discapacidad para que puedan de alguna manera
cambiar la visión que se tiene muchas veces como sociedad de la discapacidad, y
poder enseñarles a las personas que la discapacidad no es una limitante para
poder cumplir sus sueños y metas. Por ahí quizás poder ayudar en hacer un cambio
social desde un cambio de mentalidad desde adentro de las personas.
Eres la representante
chilena de tiro con arco más joven que compite en unos Juegos Olímpicos. ¿Te
imaginaste en algún momento que ibas a llegar a estas instancias?
No, para nada. O sea, yo partí esto a los 10 años como un
pasatiempo, y hubo un tiempo que estuvo en receso. Todo era un pasatiempo que
practicaba muy poco. Lo dejé por cinco años y cuando retomé, tampoco lo
imaginé. Si tú me hubieras dicho hace tres años que iba a clasificar a los
juegos, no te creía. Por eso te comentaba que el proceso ha sido muy explosivo
y creo que ha sido muy bonito porque me he ido sorprendiendo con cada una de
las cosas que me ha tocado vivir en este camino.
El último año ha sido
de muchos aprendizajes, el uso de mascarilla, el constante lavado de manos, el
distanciamiento físico o el encierro, son cosas que a todos nos cuesta
sobrellevar. ¿Cómo ha sido para ti todos estos meses donde, además, has seguido
compitiendo en esta nueva normalidad?
El 2020 fue un año muy difícil porque tuvo muchos cambios
producto de la pandemia. Justo me había cambiado a un colegio del CAR para
poder continuar mis estudios a la par de la práctica del deporte y poder tener
esa facilidad, entonces, en lo académico vino ese cambio más la preparación de
la Prueba de Transición para ingresar a la universidad. En lo deportivo yo creo
que a todos nos pegó un poco duro el tema de no poder hacer nuestros
entrenamientos en un lugar habitual, no poder disparar a la distancia de competencia
a la que estamos acostumbrados, y en mi caso, tuve que adaptarme a nuevas
distancias, acostumbrarse a no tener el apoyo presencial de los entrenadores
para poder corregir posturas. Fue un año muy difícil en cuanto adaptación. Sin
embargo, hubo muchos aprendizajes en lo deportivo, académico y personal.
La película Valiente
fue la que te picó el bichito por practicar este deporte ¿Qué te motivó de esa
historia para despertarte y decir, quiero desarrollarme en este deporte?
Básicamente era una niña de 10 años cuando vi la película y
especialmente cuando Mérida dispara la flecha y luego la siguiente y la mete
justo por detrás de la primera que había lanzado, yo dije ‘wow, quiero hacer
eso algún día’. Y no sé, en todas las escenas en que disparaba, en sí la
película, tiene un mensaje muy poderoso, entonces eso me movío mucho y como la
niña de 10 años, vi en Mérida esas ganas de sentir la sensación del disparo de
la flecha y quise practicar para sentir la sensación y experimentar.
Y en la casa dijiste,
oye quiero disparar al blanco, ¿cómo fue eso?
Le dije a mi mamá, me gustaría intentar eso y
afortunadamente tenía un contacto, un conocido que había practicado esto y se
dio la conversación de la silla y cómo era para poder practicarlo. Él le dijo
que no había impedimentos para practicar este deporte y fuimos a unos cursos en
el Estadio Nacional y que ahí podría aprender. Nos metimos a los cursos y
aprendí lo básico.
En algunas
entrevistas, además de mencionar a tu staff técnico, uno de los pilares
fundamentales en tu vida es tu madre, ¿qué relación tienes con ella y qué tan
importante ha sido en tu desarrollo como mujer y deportista?
Es súper importante. Yo creo que es la persona que más me ha
impulsado en lo deportivo y en lo personal, es la persona que siempre ha estado
detrás de mí para sostenerme, para enseñarme de la vida en general, para crecer
como persona y yo creo que sin ella no tendría muchas de las cosas que tengo
hoy en día. Ella en lo deportivo siempre me acompañó a todos lados. Por
ejemplo, cuando comencé con todo esto, me invitaron a una competencia en el
cerro y yo creía que era una parcela, y cuando llegamos allá, se ganó un dolor
de espalda terrible porque subió la silla conmigo y recorrió todo el circuito
conmigo. Ella siempre ha estado para mí, apoyándome y creo que todo lo que
tengo hoy en día se lo debo a ella.
¿Dónde nace tu
vínculo con Colo-Colo?
Te voy a ser súper honesta, pero antes de esto no tenía ni
un vínculo con ustedes. Esto nace con un compañero paralímpico de tiro con arco
que un día me dijo, ‘soy parte del club y te quiero contar que están dando una
beca para deportistas, ¿por qué no postulas?’ Yo le dije que bueno, me pasó un
contacto, hicimos los trámites y finalmente resultó bien.
¿Imaginaste ganar?
La verdad es que no sabía al principio qué posibilidades
había, pero no perdí nada en intentarlo.
¿Y ahora el vínculo
me imagino que ahora serás colocolina?
(Ríe) Bueno, ser parte de esto ya me hace estar dentro de
Colo-Colo.
En este nuevo proceso
constituyente, ¿Cómo imaginas que debiese ser la política deportiva en Chile?
Yo creo que una de las principales cosas, como te lo
comentaba al principio, quizás sería muy buena idea potenciar el deporte
paralímpico y a nivel convencional, potenciar el tiro con arco, que, si bien se
sabe que existe, a veces pasamos un poco desapercibidos. Y como lo hacen
ustedes, esto es un incentivo para nosotros para poder practicar y poder
demostrar más logros. A lo mejor el incentivo no siempre tiene que ser
monetario, sino que, con infraestructura, puede beneficiar al deportista y creo
que, uno, se potenciaría las selecciones y dos, este crecimiento, mucha más
gente podría ver lo que hacemos y podrían motivarse a practicar más deportes.
¿Qué mensaje te
gustaría transmitirle al pueblo colocolino?
Primero que todo es agradecer a Colo-Colo por esta
oportunidad con la beca para deportistas como nosotros. Estoy muy agradecida
por todo el apoyo que dan a los deportistas y estoy segura que estarán todos
alentándonos.
