Menor de tres hermanos, se reconoce como el más fanático
colocolino de su familia. Acostumbrado a los triunfos que le regaló el
‘Cacique’ en su niñez, comentó que los momentos más difíciles y tristes en el
Club, han sido las crisis institucionales, y destacó que esos momentos, son los
que han ayudado a fortalecer el trabajo de las socias y socios.
¿Cuál es tu relación con Colo-Colo?
Es difícil porque vengo de una familia colocolina, pero no
del fanatismo. Mi papá iba al estadio a veces, te hablo de finales de los 80,
nos llevaba a mis hermanos y a mí y me llevó como dos veces al Nacional, antes
de que inauguraran el Monumental. Lo chistoso, es que a mí no me gustaba mucho
ir al estadio.
Y cuando me llevaron por primera vez al Monumental, me
comenzó a gustar. Eso fue para la inauguración. Tengo pocos recuerdos de esa
vez, pero mis papás siempre me dicen que ahí no lloré, no alegué, nada, estuve
tranquilito.
Lo que si tengo recuerdos es de la inauguración de la torres
de iluminación, el 91. De ahí, íbamos al estadio regularmente, nunca fue tanto.
Unas cinco, seis veces al año. Y como a los doce, me comencé a escapar para ir.
Por alguna razón extraña, comencé a ser más fanático que mis
hermanos y mi papá. El 91 era muy chico, entonces, es difícil decir que estuve
ahí, yo comencé a agarrar memoria en el 90. Cuando Colo-Colo estaba gestando el
tricampeonato. Y más encima ganaba todo. A mí me sorprendió, de hecho, que
Chile, no fuera campeón de la Copa América del 91.
Y todo eso siendo niño.
Claro, en esa edad donde comienzas a asumir ciertas cosas.
Después fue fuerte, igual era chico, cuando la 'U' salió campeón el 94. Yo veía
a mis compañeros de colegio que se cambiaban de equipo, la mitad de la gente se
cambiaba de equipo, entonces había una trinchera bien fuerte resistiendo un
poco. (Ríe). Y te lo digo porque, teóricamente, Colo-Colo gana todo, y es fácil
ser de Colo-Colo, pero cuando eres fanático, claro, es más fácil ganar, pero
cuando pierde, duele más.
Yo creo que al colocolino le duele más perder que a
cualquier otro hincha, entonces, ver eso, es fuerte, y más en esa época, que la
gente seguía más el fútbol que ahora. De ahí en más, vino el 96, y con 12 o 13
años, seguía lo que pasaba en Colo-Colo pero no solo el fútbol, sino que
también lo institucional.
Me recuerdo de las elecciones del 94 entre Peter Dragicevic
y Eduardo Menichetti, me acuerdo de lo que pasó el 95, con las crisis
económicas, con un equipo regular en la cancha, no clasificamos a la Copa del
96. Pero ese año, esa noche alba, quizás fue la noche alba más linda de todas.
Porque fue ver un equipazo. La cantera era muy buena, venía con el tiraje del
mundial sub 17, entonces armamos un equipo fuerte que se paró de igual a igual
en Sudamérica.
Hay harta emoción cuando hablas de Colo-Colo. ¿Qué significa el Club
para ti?
Lo que pasa es que Colo-Colo es como… Colo-Colo está
siempre ahí. Es difícil nombrarlo, porque uno puede nombrar a la familia, a los
amigos, y todos tienen una llegada fuerte y distinta. Y Colo-Colo, entra en
esas categorías. Es parte de la familia, pero también es amigo. Y sipo, uno
siempre se emociona al hablar de Colo-Colo.
¿Siempre fuiste de Puente Alto?
Si, de los tres años.
Y el barrio colocolino.
Pasa que son villas con dos o tres manzanas hacen una villa,
entonces en ese mosaico, ves de todo.
Antes de ser director del Club, participaste en otros movimientos
políticos en torno al Club. Colo-Colo de todos, la Filial Puente Alto. ¿Qué
significan esos grupos de personas para ti?
Son instancias de organización importante, no porque esté
uno, sino que porque son el origen de lo que es Colo-Colo. Nosotros, eso sí,
antes de ser Colo-Colo de todos, porque fue la lista de las elecciones, fuimos
el Movimiento 19 de Abril. Más o menos en el 2008. Y entre distintos hinchas
uno va agrupando a la gente. O sea, hablar en contra de las Sociedades Anónimas
Deportivas en el 2009, era imposible. Un grupo chiquitito, en cambio ahora, las
SADP son como las AFP, nadie las quiere ni las valida. Existen, pero no tienen
validez social, todos saben que son malas. Y ahí fuimos formando esto.
¿Creando consciencia?
Se podría decir que sí, pero finalmente, era hacer un
trabajo que iba en busca de la recuperación del Club, ahí aparecieron filiales,
se han agrupado movimientos, se desarman otros y es parte de la vida, los
movimientos y las agrupaciones, son instancias temporales, en algún momento
sirven y luego deben mutar, entonces nunca es bueno enamorarse o apegarse a un
movimiento u organización porque son herramientas, no son el fin en sí mismo.
Dentro de tu vida colocolina, hoy asumes un cargo en el Directorio
Nacional. ¿Qué significa para ti como socio ser parte del Directorio y velar
por el interés de los socios?
Siempre tiendo a separar lo personal, con lo que realmente
es importante, porque uno puede decir, soy director de Colo-Colo, y eso es un
orgullo, un privilegio, un honor, una responsabilidad tremenda, pero siempre
uno trata de sacarse eso, porque verlo muy personal no es bueno, igual que los
movimientos y organizaciones, los cargos igual son circunstanciales, o sea, hoy
te toca estar ahí, te das cuenta que estar ahí es más difícil de lo que se ve
de afuera, y mañana puedes estar en otro lado o en ninguno como cargo de
representación, y hay que aportar de la misma manera. Eso hay que tener claro,
las cosas siempre son circunstanciales, mañana te toca otra labor y para este
periodo se dio esto porque armamos un proyecto que estamos empujando. Por ahora
en la suma y resta, creo que se ha avanzado pero falta mucho. Y en un año,
claro, sobre todo en el tema de socios, recién el año que viene vamos a
comenzar a sacar. Esto porque el 2019 hubo mucho análisis, estudios, de reforma
estatutaria, son necesarios algunos cambios. Sobre la fidelización de los
socios, entonces hay harto trabajo. Ahora, lo que debemos destacar, es que
ojalá las cosas tengan un hilo conductor, porque hoy hablamos de alrededor de
cinco mil socios, que no juegue el equipo afecta el padrón al día, pero en su
momento, llegamos a los 7 mil, y eso no lo teníamos desde el boom de los
socios, pero no siguieron pagando sus cuotas. Ahora tenemos un poco más de
permanencia.
¿Cuáles son tus expectativas en el rol que te toca asumir?
Hay que sentar las bases para poder mantener un padrón
acorde a la realidad del Club que es ampliamente superior a la realidad.
¿Cuáles son esas bases?
Por ahora no podemos adelantar mucho.
¿Qué mensaje te gustaría transmitir a las socias, socios e hinchas de
Colo-Colo?
Hemos visto que el Club, ha sido más que un club de fútbol.
Es un club social y deportivo. Y en los últimos meses en torno a Colo-Colo han
girado cosas relacionadas al acontecer del país. El Club ha sido participe, y
no hablo de que los directores o funcionarios vayan a las marchas, sino que el
Club ha sido un actor en la calle, en las propuestas y en las instancias
políticas. Y a eso debe apuntar el club. Colo-Colo debe aglutinar a la gente no
solamente entorno al fútbol, sino que entorno al deporte, lo político y lo
social. Que el Club sea el garante de que el deporte sea el derecho del pueblo.
A eso tiene que aspirar. Debemos cambiar muchas cosas en Chile y Colo-Colo debe
ser un actor relevante y para que lo sea el Club debe ser relevante junto a los
socios, desde abajo los socios, y ahí se construye. Si los socios se movilizan,
y no hablo solo de marcha, sino que organizarse.
Muchas gracias Mauricio.
Gracias a ustedes.