Siete fueron las estaciones que
recorrieron las cerca de 45 personas que llegaron a vivir el recorrido
patrimonial del CSD Colo-Colo, ‘Camino de Laureles’, por el Cementerio General
y que vinculó la historia cultural y deportiva del país. Los siete puntos de
encuentro estuvieron a cargo de Pavel Piña, Kimberly Roblero, Cristian Francke
y Álvaro Campos.
Los Mausoleos que acogieron a
David Arellano cuando sus restos fueron trasladados a Chile, fueron inicio de
una jornada conmovedora. Allí, se puntualizó la importancia del equipo liderado
por Arellano en 1925 que cambió la mentalidad del fútbol chileno al querer
profesionalizar la disciplina.
Asimismo, se profundizó en la
importancia del grupo de amigos que seguían a David Arellano y el cariño que
Rosario Moraga, madre de Arellano, les entregó siempre a sus destacados hijos.
El Memorial Circense de Chile,
fue una parada que llevó al grupo a conectarse con la cultura popular del país.
“Es en el circo, donde las clases más bajas del Chile del Siglo XX se podían
entretener y reunir, por lo tanto, allí es donde estaban los colocolinos y
colocolinas”, comentaron los organizadores. Esta estación, además, llevó a
conectar otras ‘tumbas’ importantes para el pueblo de Chile, como son las de Víctor
Jara y Violeta Parra.
Primero fue el turno de visitar
la tumba que cuida los restos del cantautor popular asesinado en la dictadura
Cívico-Militar que azotó a Chile entre 1973 y 1989, Víctor Jara. Y pese a su
poca vinculación con el fútbol, según algunos cercanos, habría tenido en mente
hacer un disco con jugadores de Colo-Colo.
Cristian Francke, quien estuvo a
cargo de esta estación, apuntó a que en la memoria se mantenga vivo el recuerdo
y el legado de este artista nacional que intentaron asesinar y callar, pero que
vive fuerte en el pueblo de Chile y el mundo entero.
Luego, donde está sepultada
Violeta Parra, recibió al grupo con un canto de pájaros que inspiraba paz y
tranquilidad. Allí, se invitó al pueblo colocolino a preservar la figura de la
cantautora nacional porque ella era quien representa a la cultura campesina de
Chile esa historia de esfuerzo, unión y compañerismo.
Esos tres valores, Álvaro Campos,
intentó plasmar y enlazarlos con el Chile de 1962 en el Mausoleo de la
Selección Nacional de Fútbol de ese año. Un país que vivía en base a la
fraternidad y precisamente a la amistad que identificaba a esos jugadores.
El Mausoleo de los Viejos Cracks
del CSD Colo-Colo, fue la última estación del recorrido y en él, se profundizó
en la importancia de Colo-Colo en la historia del Chile del Siglo XX como un
actor principal y protagonista. Campos, invitó a los colocolinos y colocolinas
a acercarse al Club y a seguir construyendo a Colo-Colo con los cambios que
debe tener Chile en este Siglo XXI.