Jeanne Cadet, de nacionalidad cubana, es el entrenador asistente de la rama de Vóleibol femenino de Colo-Colo hace siete meses. Es alguien que aporta mucha experiencia y conocimiento, ya que está ligado a este deporte desde los nueve años.
Su país, Cuba, es una potencia latinoamericana en voleibol femenino liderando el medallero histórico panamericano con 12 medallas, 8 de ellas de oro, por lo que el poder aportar conceptos de ese país da otro plus en el desarrollo de nuestras jugadoras.
Considera positiva su experiencia en Chile, especialmente por el reto personal que significa el preparar jugadoras de otro país y el enfrentar una cultura diferente.
Su trabajo en Colo-Colo también lo considera una grata experiencia. Afirma sentirse muy cómodo en el club por la forma en que se trabaja y por el trato recibido.
Elogió el empeño puesto por la institución para conseguir logros e hizo una particular comparación con su natal Cuba por la manera en que el club entiende que el deporte es un derecho para la gente.
Considera que fomentar la preparación física desde los inicios de una jugadora es fundamental en la búsqueda de buenos resultados para ser un equipo competitivo.
Hace una proyección muy alentadora sobre el futuro de la rama de vóleibol, elogiando la ambición que existe en el proyecto y se atrevió a dar un plazo para que el club se inserte entre los mejores del país.
¿Qué tal ha sido tu experiencia en Chile?
Ha sido buena. Es un reto el enfrentarme a otra cultura, otro sistema como tal y desde el punto de vista personal es un reto de trabajo que me ha dado nuevas y buenas experiencias, que me animan a seguir adelante con nuevos impulsos.
¿Cómo te sientes trabajando con el proyecto deportivo de Colo-Colo?
También ha sido una bonita experiencia en la que me siento muy pleno a nivel profesional por compartir con colegas en este bonito proyecto en el que han puesto todo su empeño para que florezca y se desarrolle.
Además, he sentido el cariño y apoyo de la gente del club y ha sido un trabajo muy mancomunado con el entrenador. Eso me ha hecho sentirme como en casa, bien arropado y siento la total confianza en el trabajo que estamos haciendo, lo que me da deseos de seguir trabajando y aportando cosas para Colo-Colo.
¿Cómo ha sido para ti el poder trabajar en una institución tan emblemática para nuestro país?
El hecho de saber que Colo-Colo es una institución bien emblemática y de pueblo ha sido para mí el tener algo de lo que vivo en mi país. Es como Cuba que el deporte sea un derecho para el pueblo, que haya nivel de inclusión sin pensar en un bienestar económico, sino que en prestarle a las personas el deporte como derecho.
Sentirme parte de una institución así, tan de pueblo, ha sido muy gratificante, es una sensación bien positiva y me hace trabajar con más empeño y darlo todo en todo momento.
¿Cuáles son las diferencias que ves entre el voleibol cubano y el chileno?
La diferencia deportiva se ve en aspectos generales. Cada contexto es muy diferente, las condiciones de los jugadores cubanos son de un perfil más acorde a ser más altos y fuertes por la genética del cubano, que lo vuelve un vóley más de preparación física y de estilo más agresivo.
En Chile los jugadores son más bajos y eso le ha restado un poco de protagonismo en los eventos internacionales de alto nivel, lo que en algún sentido marca un poco la diferencia.
Pero también va de la mano con otras variables como la no posibilidad a muchos talentos de practicar el vóley. Sabemos que hay muchos niños de buena estatura que podrían estar jugando, pero este deporte no es el interés de muchos ya que se prioriza el fútbol, por lo que frena un poco el desarrollo del vóley.
¿Cómo vislumbras a futuro el trabajo que está haciendo Colo-Colo con su rama de Voleibol?
Estamos intentando que las jugadoras sientan de corazón el vóley, que no les sirva sólo en esta etapa para rendir de forma competitiva, sino que también para la vida, para sus hijos o nietos, que sean un ejemplo.
La proyección del voleibol en Colo-Colo con las categorías menores, es que en unos tres años podamos estar en la elite a nivel de clubes. Esto porque este club desde que nació es competitivo y los equipos competitivos no nacen de la noche a la mañana, tiene que haber un trabajo de base fomentado, estable, sistemático y que tenga sostenibilidad en el tiempo.
Quizás Colo-Colo ha tenido resultados modestos y es porque el proyecto está naciendo. Yo creo que, si o si llegarán los buenos resultados porque el trabajo está, el material humano está que son las chicas y el deseo de tener los resultados también está.
¿Nos contarías como se está trabajando con la rama?
Tiene un trabajo iniciado de base donde se entrena desde la categoría sub-12 y ya tiene establecido todas las categorías para competir y de a poco nos insertamos en campeonatos y ligas.
Se está haciendo un desarrollo amplio desde lo técnico y físico, fomentando la preparación física desde el inicio para que sea parte de la preparación como principio del entrenamiento, porque consideramos tiene que ser un pilar para obtener resultados.
Este trabajo no es sólo deportivo, sino que es como grupo, como equipo, como rama, como club que se está fortaleciendo con el apoyo de los apoderados, la disciplina, el interés de las niñas y se va notando como se va nutriendo esta familia.
La parte humana es una herramienta que se necesita también para poder ser un club competitivo.
¿Cómo podrías proyectar en Chile lo que se hace en Cuba?
Inyectar un poco de la agresividad cubana, la alegría y poner mayor énfasis en la preparación física, teniendo en cuenta que lo técnico tiene que ir emparejado también, pero eso último no es un problema en Chile.