Diferentes socias
y socios de Colo-Colo se reunieron en septiembre del 2012 para formar la Filial
Maipú. Su principal objetivo, cuentan, “era trabajar en la comunidad bajo el
alero del club” y han podido desarrollar diferentes proyectos sociales y
territoriales en el ámbito deportivo, educativo, comunicacional y, sobre todo,
arellanizador.
“Queríamos
disputar el espacio institucional mediante la figura de ‘filial’ del CSD
Colo-Colo, para transformar las formas de vivir el club en esos años. Tiempo
donde escaseaba la participación de las socias y socios”, reflexiona Marcela
Céspedes, presidenta de la organización.
“Nuestra idea era
separar políticamente el qué hacer del club con el manejo de Blanco y Negro SA
mediante la construcción de diversos proyectos populares para que generaran
comunidad. De esa forma nació la escuela de fútbol popular y gratuita La
Farfana, que abrió un montón de puertas en el ámbito social y cultural”,
agregó.
La Filial Maipú
en lo deportivo cuenta con tres escuelas. Dos de fútbol y una de básquetbol, y
uno que conoce muy de cerca el trabajo orgánico de estos proyectos es Diego
Martínez, quien pasó de ayudante a director de escuela y luego a encargado de
series.
“La escuela es un
aprendizaje constante en lo profesional y humano. Para mí es muy importante
trabajar con niños y niñas porque estudié una carrera relacionada a la
actividad física vinculada con la salud que intenta prevenir algunas
enfermedades como la obesidad. Me vinculé con la filial mientras estaba
estudiando y ahí descubrí el trabajo de la organización, eso llevó a vincularme
mucho más con la vida del Club Social y Deportivo Colo-Colo”, sostuvo.
Uno de los
pilares fundamentales en este tipo de proyectos es lo comunitario y la
autogestión. Es allí donde viven los valores de la organización de socias y
socios donde reconoces que en las escuelas y los diferentes proyectos hay
siempre muchos aprendizajes.
“Intentamos
llevar la idea de hacer deporte con otros objetivos que no sea el rendimiento,
la competitividad o con cuánto dinero cuentan las personas”, contó Diego.
El ahora
encargado de series en la escuela, destacó que “he conocido otras realidades y
es súper rico poder acercar a niños y niñas los valores de Colo-Colo, porque
muchos no tienen la posibilidad de pagar una escuela, entonces con esto, ellos
pueden hacerse y sentirse parte del club, ir al estadio en el día del niño o en
las mismas navidades”.
Desde la filial
han visualizado diferentes oportunidades para la creación de proyectos
paralelos, entre ellos destacó el preuniversitario popular que albergó a una
decena de jóvenes y la creación de la Biblioteca Popular, que funciona los días
en que se desarrollan los entrenamientos de las escuelas para que los niños,
niñas, madres y padres puedan complementar su tiempo con lecturas.
Sin embargo, este
año ha sido una temporada distinta a todas. El avance del Covid-19 obligó a
suspender entrenamientos y proyectos, pero dio la posibilidad de reinventarse
para seguir siendo actores fundamentales en sus comunidades.
“Al principio
todo esto fue muy complicado. Hacíamos clases virtuales semanalmente y aunque
no sé unían todas las alumnas y alumnos, teníamos buena participación. También
hicimos reuniones virtuales con apoderados y ahora hemos hecho campañas de
ayuda para quienes lo necesiten y les proporcionamos mercadería e insumos de
higiene”, comentó Marcela Céspedes.
“Nuestra mayor
motivación es seguir agigantando el nombre del CSD y su historia”, dice la
presidenta de la filial porque al vivir en una de las comunas más grandes del
país, confían en que su mensaje se puede masificar con mayor facilidad. “En
estos tiempos hay que aprovechar las redes sociales y el acceso fácil a ellas
nos invita a apuntar ahí, con libros y revistas, con historias y material
fotográfico, hay que ir de la mano a los tiempos y saber utilizarlos”, dijo.
Uno de los nuevos
proyectos de la Filial Maipú es la revista ‘Sembrando resistencia’. Donde
Carlos Ortiz es uno de sus engranajes principales.
“Esto nace por la
constante inquietud de inculcar la lectura, primero en nuestras escuelas
deportivas y luego en aquellos que debido al ritmo frenético que nos impone la
sociedad solo se informan o consumen lo que nos muestra la televisión. Creemos
que la lectura alternativa y accesible a todos es el camino y más aún desde la
tribuna que representa Colo-Colo”, sostuvo Ortiz.
“Queremos que el
colocolino se sienta identificado por cada relato de alguno de sus pares y que
se motive a escribir lo que siente por Colo-Colo sin tomar en cuenta de si
escribe bien o si se expresa bien, que sepan que este espacio es inclusivo,
participativo y para todos”, puntualizó.
La revista y las
diferentes actividades de la Filial Maipú, puedes encontrarla en las diferentes
redes sociales de la organización.