Feliz por el momento que atraviesa la rama de futsal de
Colo-Colo, Bastián Bravo conversó con ‘Pasión del Pueblo’, donde habló sobre
sus orígenes en el deporte escolar, y su carrera como futbolista.
El ‘Basti’, como es
conocido por sus compañeros, repasó el comienzo de su carrera en Palestino
(2014), el primer ciclo como jugador del Cacique en 2016, el paso por Melipilla
(2016) y Fernández Vial (2017), para finalizar, analizó su presente temporada
en Colo-Colo, donde como equipo, han demostrado superioridad en el Torneo de
Segunda División de Futsal Nacional.
¿De dónde nace el
interés por esta actividad?
Siempre fue el fútbol lo que más me llamó la atención.
Estudié toda la enseñanza media en el Instituto Nacional, donde no se sabía
mucho de futsal, por lo que jugué baby durante toda esta etapa. Fue aquí donde
conocí a Ángel Pavéz, quien jugaba por otro curso y nos enfrentábamos siempre.
También, conocí a Bastián Farías, quien se desempeñaba como profesor.
¿Qué recuerdas de las
competencias escolares?
Lo que más recuerdo es el torneo Soprole disputado entre el
2010 y 2011: era un octagonal final que daba pasajes para jugar el Mundial
Escolar de ese año. Yo era del ´96, pero terminé disputando esta competencia
con la generación nacida el ´94.
Perdimos la final, pero hubo un problema medio extraño: yo
venía jugando súper bien, y en paralelo al torneo disputaba con mi categoría
distintas competencias escolares, donde iba puntero y goleador como con 20
goles. Entonces, como me conocían en el ámbito deportivo, sabían que yo era
menor (de otra categoría) y los organizadores me vetaron en semifinales,
argumentando que en las bases se explicitaba que los participantes solo podían
ser de 1994.
¿Cuál es tu relación
con Colo-Colo?
Siempre he sido colocolino. Hace un tiempo me hice socio, y
cuando chico era de venir mucho al estadio con mi hermano mayor, y
posteriormente con mi tío.
¿Cómo fue volver a
defender el escudo de Colo-Colo?
Fue lindo volver a Colo-Colo, ya que cuando uno juega se
siente otra presión, porque estás defendiendo los colores que uno ama. Se
siente otra responsabilidad por querer hacer las cosas bien, en los otros
clubes, uno va a jugar y casi nunca hay gente, termina jugando por corazón y
amor propio, más que por otra camiseta. Me gusta estar en Colo-Colo y defender
sus colores.
¿Sientes más
responsabilidad?
Jugar por estos colores es una gran responsabilidad, pero
siento que nos estamos preparando bien para asumirla. Somos el club más grande
que existe, no podemos seguir jugando en la B.
¿Qué sientes al ver el
apoyo de la hinchada?
Es lindo que vaya gente, a nosotros nos sirve más como
motivación que como presión. Que estén cantando, y apoyando en las
transmisiones, hace que se viva diferente, que sea un plus para correr el doble
y dejarlo todo.
¿Cómo te vinculaste con
el futsal?
En el colegio conocí al ‘Basti’ (Bastián Farías), y él desde
antes jugaba futsal, por lo que al tiempo me involucró en el deporte. Así
empecé mi carrera en Palestino el año 2014, donde conocí a Mario Zúñiga, y
Cristopher Reyes. Desde un principio me gustó la dinámica del futsal, y ese
mismo año tuvimos la suerte de participar en la Libertadores.
El 2015 no hubo liga local de futsal, y el 2016 tuve mi
primera etapa en Colo-Colo.
¿Qué rescatas de tu
primer ciclo con los albos?
Recuerdo que terminamos invictos la primera fase, y perdimos
en semifinales con la U. creo que esa ha sido la derrota más dolorosa en mi
carrera, porque íbamos perdiendo 3-1, hice dos goles y para empatarlo 3-3, y
terminamos perdiendo en el último minuto 4-3 habiendo hecho un torneo
impecable.
Luego de esa derrota el grupo se separó un poco: algunos
cambiamos de club y otros dejaron de entrenar, como es el caso de Marcelo Durán
y Pablo Orellana, ambos partes del actual cuerpo técnico de la selección
chilena.
¿Dónde jugaste después
de Colo-Colo?
Luego de Colo-Colo me fui a jugar por Melipilla, lugar al que
llegué como capitán durante todo el 2016. Esta experiencia me sirvió mucho para
crecer como jugador, ya que tenía más minutos y una mayor responsabilidad en el
camarín.
Al dejar Melipilla, me junté nuevamente con el ‘Basti’ y
Cristopher Reyes en Fernández Vial, pero estuvimos solo un semestre, porque la
dirigencia de Vial nos quitó el nombre y se lo entregó a otro equipo en
formación.
¿Qué ocurrió entonces?
Los que se quedaron se consiguieron el nombre de Santiago
Morning y siguen jugando en segunda. Ellos son jugadores de primera, pero que a
partir del quiebre de relaciones tuvieron que empezar desde 0.
¿Cómo se gestó tu
vuelta a Colo-Colo?
Cuando a Vial le quitaron el nombre, yo no quería seguir
jugando en la B, tenia varias ofertas: me dijeron que volviera a Melipilla o
que jugara en Coquimbo. Sin embargo, apenas supe que el Club Social estaba
dispuesto a apoyar el futsal, y recibí el llamado, no dudé en aceptar.
¿Cómo se comenzó a
armar el equipo?
De la gente que estaba antes en Colo-Colo -cuando se
descendió- conocía a varios. En su momento se dijo “no se juega más, todos
tienen que buscar clubes”. Todo esto se dio después de que el equipo jugara una
Libertadores y no hiciera un muy buen segundo semestre -de hecho- terminaron perdiendo
la categoría por temas administrativos, perdiendo puntos como por llegar sin el
DT o no presentar ningún Sub 20.
Con la ayuda del Club Social se comenzó a formar un grupo de
jugadores a partir de dos filtros: que se conocieran por el deporte, y que
hubiesen estado antes en Colo-Colo. Luego de que se formó este primer grupo,
comenzó la captación masiva de jugadores.
¿Qué tal es la relación
con Carlos Véliz?
Al profe lo conocíamos de antes. En la primera etapa que
estuvimos en Colo-Colo, él iba a ser nuestro entrenador el 2016, por lo que maneja
información sobre la gran base de jugadores que está ahora. Sin embargo, al
tiempo tomó el futbol femenino y se le complicó estar con nosotros, por lo que
tuvimos que buscar otro técnico.
¿Cómo es el trabajo del
cuerpo técnico?
Conoce muchísimo el medio deportivo y sabe manejar los
camarines. Siempre nos están apoyando constantemente. Con el paso del torneo, el cuerpo técnico fue
estudiando más sobre la competencia, revisando muy bien a los rivales, lo que
nos permitió optimizar nuestros entrenamientos en función de una idea de juego
clara.
¿De qué forma aporta el
camarín al trabajo del cuerpo técnico?
Se ha formado un buen grupo humano, y eso se ha visto
complementado con la experiencia de algunos jugadores como Cristopher (Reyes) o
Milenko (Pavez) -quien debe llevar 8 años jugando- entonces, el cuerpo técnico hace
un trabajo, y los chiquillos lo afinan con algunos detalles…esa
retroalimentación nos ayuda bastante.
¿Qué fue lo más difícil
para el grupo en sus comienzos?
Lo más difícil fue generar los espacios de entrenamiento. Los
tiempos son los más complicados al interior del camarín, porque el futsal al
ser poco profesionalizado, la gran mayoría estudia o trabaja en paralelo,
entonces, compatibilizar los tiempos de todos, cuesta un poco.
¿Cómo afecta esto al
plantel?
Afortunadamente somos un grupo unido y con motivación: a la
mayoría de los entrenamientos van cerca de 20 jugadores, y cuando son los
partidos los que no están convocados apoyan igual al equipo. Me gusta el
camarín que hay.
¿Cuáles fueron las
metas que se pusieron al comienzo de la temporada?
En un principio, era difícil hacerse la idea de jugar en
segunda, ya que casi todos los equipos eran nuevos y no sabíamos como jugaban.
Sin embargo, tenemos un equipo bien armado, y la presión positiva de saber que
teníamos que pelear arriba.
¿Qué opinas de esta
gran campaña que los tiene invictos?
Nunca nos pusimos la meta de clasificar invictos, más bien,
fue algo que se fue dando partido a partido, y eso lo hemos demostrado siendo
superiores a los equipos que nos hemos enfrentado. A pesar de eso, la campaña
no sirve de nada si no logramos ser campeones, y ya estamos a 3 pasos de
lograrlo.
¿Cómo han sido tus
participaciones con la selección nacional de futsal?
En 2016 participé de un sudamericano Sub 20 de futsal, y después
tuve algunos llamados, como el de una Copa América de la categoría en Argentina,
sin embargo, no puede asistir porque tenia un viaje familiar programado con
anterioridad.
¿Y este año?
Este año volví a ser llamado, en el proceso de preparación
previa a la Copa América a disputarse en Chile. Hace un tiempo viajamos a
Paraguay a jugar un par de amistosos, pero no tuve muchos minutos.
¿Qué tal se trabaja en
la selección?
Los trabajos en la selección son bastante buenos, porque el
equipo de trabajo es amplio: está el DT, su ayudante técnico, el preparador físico,
y kinesiólogo.