Colo-Colo Social: Las voces de los voluntarios que llevan el Club a las calles

jueves 5 de diciembre, 2019

Por: CSD Colo-Colo
Conoce la labor que realizan socias, socios e hinchas en el Norte y Sur de la capital y que tiene por finalidad repartir alimento, abrigo, y cariño a quienes lo necesitan.

El esfuerzo por ser agentes de cambio, y por mostrar un Club Social activo más allá de los 90 minutos de cada fin de semana, es un trabajo reconocido e impulsado desde el CSD Colo-Colo a través de la Vicepresidencia de Desarrollo Social, liderada por José Serey.

Una de las iniciativas que más impulso ha tenido durante los últimos años son las “Rutas Albas”, recorridos en ayuda de gente en situación de calle, que abarcan los sectores Norte y Sur de la Capital, y que tienen por finalidad repartir alimento, abrigo, y cariño a quienes lo necesitan.

José Serey, vicepresidente de Desarrollo Social, reconoce que el voluntariado es “un proyecto en crecimiento constante que lleva 2 a 3 rutas definidas, sobre todo al ir sumando personas referentes en las distintas comunas. En la actualidad estamos trabajando con socios y socias que tiene mayor conocimiento de los sectores, y gracias a esto hemos ido logrando abrir el club en distintas zonas del país”.

Sin embargo, este proceso de acercar al CSD Colo-Colo a su gente, no podría llevarse a cabo gracias a un grupo importante de voluntarios –que muchas veces desde el anonimato- asumen costos físicos y económicos, para dejar bien puesto el nombre de la Institución, y romper con los estigmas que se tienen del pueblo colocolino. A continuación, algunas palabras de quienes hacen esto posible.

Héctor y Jaqueline: una historia de amor marcada por el blanco y el negro

Jaqueline Rossel y Héctor Rojas, son un matrimonio colocolino de la comuna de Pudahuel, que orgullosamente, y luego de décadas de estar juntos, cuentan con felicidad que lo más hermoso que la vida les ha dado son sus nietos. Reconocidos por sus tatuajes, esta pareja comenzó poco a poco a trabajar de forma voluntaria para las actividades del club: primero fue Héctor, luego fue el turno de Jaqueline, pero en la actualidad, son toda una familia alineada por los valores del CSD Colo-Colo.

“Siempre nos ha nacido ayudar, y por Twitter me enteré de la Ruta Alba. Allí empecé a meterme y cooperar, pero no estaba dentro del grupo. Hasta que un día me invitaron a unirme. Feliz les dije que sí, que era lo que siempre había querido -y más- si era por mi Colo-Colo amado”, sostiene emocionado Héctor.

Sobre la inclusión y mejoramiento de las dinámicas de trabajo en la ruta alba de la zona norte, Jaqueline sostiene que “ha sido una gran experiencia, donde nuestra puesta en escena también ha ido mejorando: antes por ejemplo, llegábamos al Hospital Félix Bulnes a armar los panes, ahora tenemos todo envasado y ganamos mucho tiempo que usamos en otras cosas”.

“El mensaje es que los socios e hinchas nos sigan apoyando: tenemos una cuenta de Twitter donde pedimos ayuda para el voluntariado, porque la ruta genera un costo, entonces cualquier ayuda es maravilloso. Cuando se comenzó con esto era una vez cada 5 días, ahora vamos 3 veces a la semana, entonces a veces cuesta sacar adelante la actividad con recursos limitados”, concluyó el matrimonio Rojas-Rossel.

Desarrollo Social

Carlos Lapierre comenzó a participar en el voluntariado del CSD Colo-Colo con la Navidad Alba del último año. Luego se sumó a la ruta alba de la Zona norte, y desde entonces acude a las distintas actividades que el área de Desarrollo Social lo necesite, tales como las jornadas de exámenes médicos para las filiales del Club en el Estadio Monumental, y las visitas al Hogar de Residencia Los Ceibos.

Debido a las distancias, y principalmente por el tiempo que le tomaba volver de la ruta de la zona norte a su casa, reconoce que “pensamos en traspasar la ruta al sector sur de Santiago, recorrido que comenzamos a implementar hace dos meses, con un trayecto que se hace los días miércoles en nombre del Club”.

Lapierre reconoce ir con su hija, en una labor donde lo más importante es seguir sumando gente para “sacar el estigma que tiene la gente del colocolino, muchas veces creen que uno está vinculado solo con la barra, y no se dan cuenta de todo el trabajo que hay detrás”, aseguró.

Voluntarios de la Zona Sur

Pablo Córdoba vivió en el Tabo durante el último tiempo, situación que lo tuvo alejado de las actividades del Club. Sin embargo, cuando en marzo se vino a la capital, y se asentó en la comuna de Puente Alto, y comenzó a trabajar sin descanso para replicar las rutas albas en la zona sur de Santiago, recorrido que abarca el eje Puente Alto-San Joaquín.

Desde su experiencia, destaca la importancia de realizar esta actividad en esos sectores de la capital. “En la zona sur de Santiago la gente de calle no recibe ayuda, en el norte entiendo que sí, está el Hogar de Cristo y otras organizaciones, entonces saben que nosotros somos los únicos que llegamos, lo que genera un respeto y un vínculo a la larga”.

“Mi única motivación es Colo-Colo. Todo lo que gira en torno al club es parte de mi vida, por lo mismo creo que tiene que haber más participación, ya que se pueden hacer muchas actividades en nombre del club. Hacerse socio y estar atento a las necesidades de la institución es vital para el desarrollo social del pueblo colocolino”, concluyó Córdoba.

Manuel Tiznado es oriundo de Punta Arenas, y desde su experiencia relata las grandes diferencias que tiene el realizar trabajos voluntarios en Magallanes y Santiago.

“Básicamente, radica en el factor clima, ya que las heladas presentes en gran parte del año, hacen que muy poca gente se quede en situación extrema de calle, yendo la mayoría a parar en albergues”, comentó.

Hace 3 meses que participa de voluntario en el Club Social, y sostiene que el voluntariado pasa por un tema de amor por el club, siendo el principal tema acercar a la gente al CSD. “Estoy feliz de trabajar por el área social, porque uno logra identificarse con los valores colocolinos, porque todos saben lo que es Colo-Colo, y a donde vayamos la gente se dará cuenta que estamos haciendo algo por la sociedad”, dijo.

Tiznado no oculta su orgullo por formar parte activa de la institución civil más grande del país, pero fija un desafío para todo aquel que vibre con los colores blanco y negro.  “Lo más importante es que, la mayoría de los colocolinos sean socios y socias del club, porque desde allí se comienza a interactuar con las actividades que nos hacen ser un Club Social y Deportivo distinto a los demás. Muchas veces por lo mediático o las barras, las actividades sociales no son cubiertas como corresponde, por eso el llamado transversal es a colaborar”.

El Valor de la experiencia

“Personalmente lo viví, estuve en situación de calle y me pega mucho el cuento. En base a lo que uno conoce entiende a la gente independientemente de su equipo, porque estando en la calle uno conoce a gente de todos los estatus, con diferentes vivencias, por lo mismo es motivante estar entregando cariño y amor”, sostuvo Gonzalo Chacón, voluntario activo del CSD Colo-Colo.

Como lo menciona Chacón, es su misma experiencia la que lo lleva a ver su trabajo con otros ojos. Vive en Maipú y se traslada casi todo el día en bicicleta cubriendo largas distancias, es allí donde se ha dado cuenta que “la situación de la gente de calle ha sido invisibilidad de la sociedad, veo como es la situación en distintas partes de Santiago, por eso, me motiva hacer la diferencia en una sociedad cada vez más individualista”.

Con temple ganador, y una mirada optimista, Gonzalo Chacón le deja un mensaje a todos los socios y socias del club: “Mi mensaje a los socios e hinchas del club es que nos conozcamos, que no ignoremos el día a día, ya que muchas veces estamos siguiendo la rutina a locas. Nos falta ser más agradecidos de lo que es la vida, por lo mismo, siento que una forma de agradecerlo es que colaboremos para que el club sea más grande”.

Para finalizar, José Serey, Vicepresidente de Desarrollo Social del Club, agradece el apoyo de los voluntarios, y menciona las medidas que desde la vicepresidencia que lidera se han tomado para mejorar el trabajo.

“Agradecemos el apoyo de las decenas de socios y socias que apoyan el voluntariado del club, porque si bien esta labor conlleva un costo muchas veces económico y familiar, nos llena de orgullo saber que hay personas dispuestas a poner de su parte para dejar bien puesto el nombre de Colo-Colo. Se está generando un grupo bonito que está permitiendo desarrollar en pleno nuestro calendario”, dijo “Canon”, quien agregó que “nuestra preocupación como Área de Desarrollo Social es ir capacitando y profesionalizando a los voluntarios, para dejar un legado independiente a las directivas que vengan”.