El Directorio Nacional, desde
hace varias semanas, ha manifestado su preocupación por el normal desarrollo
del fútbol chileno en un contexto donde no existen las condiciones de seguridad
tanto para los públicos asistentes como para jugadores y trabajadores de los estadios
de Chile. Lo sucedido en el partido entre Colo-Colo y Universidad Católica en
el Estadio Monumental evidenció los problemas en los protocolos de operación
tras el ingreso y uso de pirotecnia contra el plantel, afectando gravemente a
Nicolás Blandi.
Somos enfáticos/as en legitimar
el derecho a manifestarse en todos los espacios de uso público. No podemos más
sino compartir el malestar nacional que luego de cuatro meses de movilización
aún no recibe señales claras de justicia para quienes han sufrido violaciones
de DD.HH, ni tampoco se han concretado las reformas necesarias en las demandas
claves que la población ha exigido al Gobierno. Sabemos y compartimos el dolor
que sigue viviendo nuestro Club tras los cobardes asesinatos de los colocolinos
Jorge Mora y Ariel Moreno a manos de los agentes del Estado. Conscientes de
esto, del derecho a protesta y el descontento social, no podemos permitir que
se ponga en riesgo la seguridad de los asistentes de nuestro y los demás
estadios de Chile, sea en manos de particulares como del Estado.
Dado que hasta el momento no
existen las condiciones para el correcto desarrollo de las competencias que
están programadas, hacemos un llamado a revisar todos los protocolos de
funcionamiento interno en lo que respecta a la operación estadio de BYNSA,
junto con los protocolos que impone estadio seguro. De igual forma, se requiere
que las áreas responsables de la operación interna, tanto gerencias como
jefaturas que inciden en la operación estadio, den cuenta y respondan por los
reiterados errores cometidos este domingo 16 de Febrero y cuyos resultados ya
son conocidos.
Antes de anunciar cualquier
medida que vaya en directo detrimento de nuestra gente, como Directorio
exigimos que se pongan a disposición todos los antecedentes que respondan a una
investigación rigurosa de los aspectos de seguridad que fallaron en el evento,
tanto con el fin de corregir y mejorar los protocolos, así como iniciar el
debido proceso de quienes resulten responsables por afectar la seguridad del
espectáculo.