“Me llamó el Newen para confirmar si venía o no, y como
todos los años le dije que sí. ¿Cómo me iba a perder estar con estos niños?”,
dijo Condorito después de saludar a todos los niños y niñas del Hogar Los
Ceibos de Coanil.
Hasta Colina llegó el corpóreo de la Filial Ñuñoa, Indio
Newen y su amigo Condorito que luego de un largo vuelo se asomó por un árbol
del hogar.
“Coordinamos el ingreso con los viejos pascueros y los niños
quedaron fascinados”, comentó Newen con satisfacción luego de cumplir con una visita
necesaria para todos los habitantes del hogar.
“¿Te diste cuenta del cariño de los niños del patio cuando
nos vieron, Newen?”, preguntó Condorito. Con la sonrisa de siempre, el indio de
la Filial Ñuñoa asintió con la cabeza cuando por su lado izquierdo llegaba una
niña a ofrecerle un pedazo de su pizza.
Una de las educadoras del establecimiento les dio agua y
algo de comida por el largo viaje que tuvieron para llegar hasta Colina.
Condorito entre chiste y chiste, bromeaba con el calor abrumador de la comuna
de la Región Metropolitana, sin embargo, no se quejaba puesto que en
Pelotillehue las temperaturas en verano son un poquito más altas.
Condorito estaba muy contento por volver a participar de
esta visita y aseguró que en su ciudad “la mayoría es del Colo, es que es el
equipo del pueblo y el pueblo está aquí, por eso volé y volé kilómetros, porque
como colocolino tengo que estar aquí”.
También recordó algunos partidos donde fue uno de los
líderes de la barra oficial de Colo-Colo. “Lo único que quiero es volver al
Estadio, ojalá acompañado por alguno de estos niños y niñas, quienes se saben
nuestro himno y cuando les dicen Colo-Colo vibran de alegría tal como lo
hacemos todos los colocolinos y colocolinas”.
Por su parte, el Indio Newen le aseguró a Condorito que para
el partido del Cacique en la Noche Alba del próximo mes de enero lo llevaría
hasta el Estadio Monumental para ser uno de los principales animadores de la
fiesta colocolina.