Edison Marchant: Como actual Directorio debemos involucrarnos en todas las instancias institucionales que competan a Colo-Colo

jueves 5 de diciembre, 2019

Por: CSD Colo-Colo
El Director repasó su trayectoria en el Club y su actual llegada a la mesa directiva de la Inmobiliaria que administra el Estadio Monumental.

Edison Marchant es socio del CSD Colo-Colo desde hace más de una década. Colocolino desde pequeño, fue poco a poco forjando un camino ligado a la Institución.

Con el correr de los años, fue integrando agrupaciones de socios que comenzaron a trabajar por recuperar al Club para la gente. Fue así como integró varias organizaciones colocolinas y es uno de los fundadores de la Filial 19 de abril de Santiago Centro. Además de ser director del Club Social y Deportivo desde hace más de 3 años, y apasionado por el emprendimiento y la innovación, se acaba de integrar formalmente al directorio de la Inmobiliaria Estadio Colo-Colo S.A, sociedad que administra el Estadio Monumental y que aglutina a los colocolinos y las colocolinas que con su esfuerzo y recursos forjaron por décadas el sueño de nuestra casa.

Este experto en estrategia y gestión repasó su lazo con la Institución en conversación con “Pasión del Pueblo”, la revista Institucional del Club.

¿Cómo nace tu relación con Colo-Colo?

Toda mi vida he estado ligado al fútbol, aunque más bien desde fuera de la cancha. Siempre tuve una relación muy cercana con mi papá y lo acompañaba a sus partidos de ligas o a pichangas con sus compañeros de trabajo. Pero él también me llevaba al Estadio, donde descubrí mi verdadera pasión. Colo-Colo haciendo retrospectiva, estuvo presente siempre en todos los ámbitos: en la familia, en el barrio, en el colegio. 

¿Cuál fue el primer partido que viste a Colo-Colo en un estadio? 

Recuerdo que el primer partido que me llevó mi papá fue en el Nacional año 1992 y desde ahí no paramos. Tengo recuerdos de partidos horribles y otros inolvidables en el Monumental, de caminatas eternas hasta nuestra casa los domingos en la noche y después de los partidos internacionales a mitad de semana.

De partidos como visitante en Rancagua, Concepción o Coquimbo. Este último viaje lo recuerdo con cariño, tuvo de todo. Tenía unos 10 años, además de mi papá íbamos con un tío y un primo; viajamos toda la noche del sábado a la Cuarta Región, estuvimos tratando de conseguir entradas durante el día domingo. En el partido no nos fue bien, hubo pelea en las galerías y además recibimos una lluvia de piedras en el antiguo Sánchez Rumoroso. Viajamos por toda la noche de vuelta a Santiago y llegamos el lunes en la mañana muy cansados, prácticamente directo al colegio, cumpliendo un compromiso.

Tuve una gran lección sobre lo importante que era cumplir con las obligaciones sin dejar de lado a Colo-Colo. En mi curso de básica éramos 45 compañeros, al menos unos 40 eran colocolinos. Nuestro profesor jefe, Mario Aracena, premiaba a los 5 compañeros que mejores notas se sacaran o que más se esforzaran, trayéndonos al Monumental en la “galería” Cordillera junto con algún apoderado. Me esforzaba para tener esa posibilidad, era una motivación muy potente. 

¿Algún partido o situación que te haya dejado marcado siguiendo al equipo?

Viví momentos inolvidables, como el 10-0 a Atacama, cuando en el último penal Gustavo Benítez no dejó que pateara el Rambo Ramírez porque podía ser una humillación mayor. Con los años aprendí que era un valor Arellanista respetar al rival. Otras veces venía con tíos y primos, con quienes compartimos la pasión y veíamos los partidos colgados de las rejas de abajo, tal como los niños lo hacen hoy. Algunos de esos tíos tuvieron la posibilidad de viajar a ver al Cacique a Brasil, y se transformó en el sueño de mi vida viajar fuera de Chile a acompañarlo.  Afortunadamente, con los años pude cumplirlo varias veces. Aunque mi madre hizo lo suyo también. Me traía todos los años a la Noche Alba. Era una locura, teníamos que ir a comprar a Cienfuegos las entradas, después intentar llegar en micros repletas por Avenida Departamental. Recuerdo que una vez fue tanta la locura que ingresamos en avalancha; eso sí, ningún niño debería pasar por esa experiencia.

Fuiste creciendo y el sentimiento por Colo-Colo también, ¿Desde cuándo te vas sumando a agrupaciones de socios y comenzaste a trabajar por recuperar la Institución de manos de la Concesionaria. Cuéntanos un poco de eso.

En la adolescencia venía con amigos de mi barrio en La Pac. Con ellos comenzaron los viajes y las primeras experiencias viniendo solo al estadio. También pasé las penurias, sacrificios y discriminaciones que sufren los barristas. Después me integré a la Agrupación La Familia, donde conocí a gente muy valiosa y se hicieron grandes espectáculos para las salidas del plantel. Hasta el día de hoy tengo mis más grandes amigos de esos grupos. Pero llegó un momento en que hacer salidas, viajar y estar en todos los partidos ya no bastaba. Sentía que ByN S.A. estaba llevando a Colo-Colo por un camino donde la gente no tenía cabida y con una lógica extremadamente comercial. Fue entonces que me integro a Colo-Colo de Todos, y establezco que desde ese colectivo sería mi aporte para recuperar completamente el Club.

Sin embargo, no todo fue color de rosa y como buen colocolino, tuvieron que dar una dura pelea y “venir de atrás” para convertirse en Directorio Nacional. 

Después de perder la elección del 2010, establecimos objetivos políticos importantes para lograr que el Club sea para la gente, como cambiar los estatutos del Club para eliminar la figura del “socio beneficiario” y también reflotando la figura de las Filiales, instancia formal que permitía la participación de los socios en el Club. Esto fue debido a la nula apertura de aquel Directorio, que mantenía al Club secuestrado y funcional a ByN. Fue así que fundamos con grandes colocolinos una de las filiales más importantes en la actualidad: la querida Filial Santiago Centro, 19 de abril, que terminó transformándose en escuela para varios de los futuros directores que el Club tendría. Ahí hicimos cosas tremendas como las captaciones en pleno Paseo Ahumada y Paseo Huérfanos en el centro de Santiago, donde logramos hacer más de 1000 socios en una sola mañana, aportando a la campaña de captación que iniciamos. Luego nos prepararíamos para conformar una lista competitiva con el objetivo de llegar al Directorio Nacional.

¿Qué dice la familia de todo esto? Ya son años de entregar parte de tu tiempo libre al Club…

Obviamente hay un sacrificio importante. Pero la pasión es la pasión. Eso me obliga a equilibrar la energía entre el trabajo, donde siempre estoy a full también, con la familia y el Club. Afortunadamente me apoyan permanentemente y entienden también que acá hay un esfuerzo colectivo detrás.

Has participado de ya dos directorios desde, por decirlo de una forma, la democratización del Club, ¿Cuál es el análisis que puedes hacer considerando, además, que ya se cumple un año del directorio que encabeza Edmundo Valladares?.

Hay consenso que en el Directorio anterior logramos avanzar en muchísimas materias. Me tocó estar en el equipo económico y terminé siendo Vicepresidente de Planificación. Fue un periodo para entender el funcionamiento del Club, ordenar la casa económicamente y posicionarnos fuertemente en lo comunicacional, con énfasis en dar a conocer la diferencia entre ByN y el CSD. Aquello nos permitió forjar las bases para tener un Club que estaba listo para explotar, de la mano de un proyecto co-diseñado por cientos de Colocolinos, que es el programa que nos guía hoy. En este Directorio me parece que hemos podido ir consolidando ese crecimiento, marcando hitos en todas las áreas del Club. Valoro muchísimo que este Directorio esté compuesto por gente nueva, pero también con algunas personas que nos repetimos el plato, porque hay mucha experiencia acumulada.

Eres el actual Vicepresidente Inmobiliario del Club y hace unos días asumes como Director a la mesa directiva de la Inmobiliaria Estadio Monumental. ¿Qué implicancias tiene para el Club esto?

Una parte importante del programa de nuestro actual Directorio, es involucrarnos en todas las instancias institucionales que competan a Colo-Colo. Una de esas instancias es la Inmobiliaria Estadio Colo-Colo, que es la Sociedad dueña del terreno y todas sus instalaciones, incluyendo nuestro querido Estadio Monumental. Por lo tanto es una tercera figura muy importante en Colo-Colo, además del Club y ByN. A pesar que como colectivo venimos trabajando hace años, hasta ahora no nos habíamos involucrado en esta parte y estamos muy contentos de poder aportar. Queremos articular a los socios, que también son accionistas de la Inmobiliaria, para velar por sus intereses y los del Club. El Monumental, es uno de nuestros principales activos y volveremos a administrarlo una vez que la Concesión expire. Es por eso que debemos cuidar su valoración histórica y patrimonial, pero también debemos tener una mirada al futuro en su proyección de desarrollo. Sentimos que el Monumental es un espacio que le pertenece al pueblo colocolino y nos gustaría que estuviera más abierto a su comunidad. Por otra parte, también queremos dar relevancia a todos esos socios que creyeron en el sueño de construir nuestra casa, invirtiendo en una compra “en blanco” y que demoró décadas en materializarse.

En lo personal, vienes trabajando desde hace años en la recuperación de los espacios del Club dentro de la Institución. Me imagino que esta nueva función también tiene un significado especial para ti. 

Así es, en algún momento me prometí que no dejaría de luchar hasta lograr la completa administración de Colo-Colo. Tengo la convicción que las cosas se pueden hacer de forma diferente y que tenemos el capital humano para lograrlo. Tenemos claro de dónde venimos, pero también donde vamos. Siento que nuestra lucha y todo lo que hacemos, está muy en sintonía con toda la explosión social que hemos vivido durante las últimas semanas. En definitiva somos una generación que quiere hacer las cosas con una lógica responsable en lo económico y comercial, pero sin olvidar jamás la participación social. Un Colo-Colo de la gente, ese es el Colo-Colo que queremos.