Como la ‘Tía Magaly’, es conocida Magaly Vargas San Martín,
quien en la actualidad está encargada de agrupar y
organizar a los socios honorarios y honorarias del CSD Colo-Colo en su nuevo
rol como directora de la Institución colocolina.
Reconoce que se hizo hincha del Cacique gracias a su hermano
mayor y que daría la vida por Colo-Colo. Asegura que en el Club ha encontrado
una familia y recuerda con nostalgia sus años más lindos en el popular.
También sueña con volver a ver a Colo-Colo libre y afirma
que el grupo de jóvenes con los que trabaja va por un buen camino rumbo a la
recuperación del Club.
Magaly Vargas.
San Martín. (Interrumpe).
Eso. Es importante San Martín.
Claro, era mi mamá.
¿Qué tan importante fue su mamá para usted?
Bueno, la mamá es lo más importante en la vida, sin ellas,
dónde estamos nosotros. Sin ellas no somos nada.
¿Desde cuándo Colocolina?
De toda la vida. Y digo de toda la vida porque es desde que
tengo recuerdos. Mi hermano mayor era colocolino. Somos cuatro mujeres y un
hombre. Entonces, como no había más hombres, la compañía la hacía la del medio,
o sea, yo.
Aunque todos, los cinco somos colocolinos.
¿Y cómo se da esa relación entre ustedes y Colo-Colo?
Mi hermano me traía al estadio, escuchábamos los partidos
por la radio, no me acuerdo la radio, pero si me acuerdo que en mi casa
compraban Las Últimas Noticias, y ahí, por lo general, salían noticias de
Colo-Colo.
¿Se acuerda de la primera vez que fue al estadio?
La verdad es que no me acuerdo qué partido vi, pero si me
acuerdo que fue con el Colo-Colo de 1972. Me acuerdo de los jugadores y algunas
personas con las que compartí. Uno de mis primeros partidos fue en este
estadio, es que acá en el Monumental jugaba la juvenil y algunos compañeros del
liceo jugaban por Colo-Colo. Entonces yo los venía a ver.
¿Qué recuerdos tiene de esa época?
¿Te cuento? Salía temprano del liceo, como a las 10 de la
mañana para poder llegar aquí, escondida. Y sólo por Colo-Colo.
¿Nunca se enteraron sus papás que se escapaba del Liceo para
ver a Colo-Colo?
No. Y ahora ya no importa porque mis papás ya no están.
¿Usted lo cuenta con orgullo?
Es que si, sabes por qué. Porque si no lo hubiera hecho no
tendría recuerdos y nosotros los colocolinos, lo que más tenemos son recuerdos
que nos alegran la vida.
¿Qué significa Colo-Colo para usted?
La vida… Gran parte de mi vida. Piensa que yo llegué a
Colo-Colo el año 1972 y ya pasé los sesenta. Entonces es toda mi vida porque
aquí están mis amigos, los recuerdos, los viajes, en realidad, Colo-Colo te
llena la vida, yo tengo amigos de siempre. En mi vida actual, mis amigos son
hinchas de Colo-Colo, y son los más importantes porque los ves mínimo una vez a
la semana. Uno viaja, se organiza. Siempre yo digo que Colo-Colo es familia, y
yo tengo tantos sobrinos que ni te imaginas. Yo voy a Punta Arenas, Coyhaique,
Arica y tengo sobrinos, y te digo, viajo al extranjero y tengo sobrinos.
¿Cuál es la época que más recuerda, la que le trajo más
alegrías?
La del 98 con Gustavo Benítez, sin desmerecer lo que hizo
Colo-Colo 73, es que lo que yo más disfruté fue la época del 96, 97 y 98.
Y la recuerda porque en esta época comenzó a vivir los
partidos alejada de la barra.
No, todo lo contrario, nuestra barra todavía existe, la
Barra Juvenil, aunque ahora estamos todos arriba de los 55. Somos todos viejos,
pero a la vez todos jóvenes.
¿Cómo nace eso de tener una barra juvenil?
En ese tiempo, había sólo barras adultas, estaba la barra “Chamaco”
Valdés, Carlos Caszely, Elson Beiruth, había un montón de barras a Carlos
Caszely. Era impresionante, tú sabes que fue el ídolo máximo en esos años,
nadie puede igualar a Carlos Caszely. Para mí, te cuento, en estas fiestas de
fin de año, su señora madre, la Señora Olga y su esposa, María de Los Ángeles,
se juntaban con nosotros, las barristas y preparábamos los regalos de los
niños, ¿Tú crees que alguna mamá de algún jugador actual, o sus señoras se va a
juntar con la barra a preparar los regalos de Navidad?. Eso hacían ellas, nos
ayudaban, Don René, el papá de Carlitos veía los partidos cerca de nosotros en
el lado norte, era completamente distinto a lo que se vive ahora.
¿Y dónde veían los partidos desde el Nacional?
En el codo norte, siempre ahí. Subíamos las escaleras y las
mujeres siempre nos ubicábamos antes que los hombres, ellos nos cuidaban,
siempre nos protegieron. Es que en este Club siempre ha habido mujeres, hemos
sido fundamentales. Desde la mamá de David Arellano hasta la mamá de Carlitos.
¿Usted es una loca por Colo-Colo?
Yo, doy la vida por Colo-Colo. Yo soy feliz con Colo-Colo.
¿Esa es una gran locura?
Es una locura.
¿Se siente orgullosa de eso?
Si, y soy feliz. Mira, métete a mi Facebook y tengo
trescientos y tanto likes, y cuatrocientos comentarios deseándome felicidades.
Y eso se gana gracias a la trayectoria y actuar bien en la vida. Hay gente que
no es así y yo debo dar gracias a Dios porque lo soy y para mí estar contigo
aquí es un regalo de Dios.
¿Usted en Colo-Colo ha sido feliz?
Si, muy feliz. No hay dudas.
¿Conoció el amor en Colo-Colo?
Sí, pero a mi marido no lo conocí aquí. Fue en un matrimonio
y ahí conocí a mi marido. Tuve mucha suerte.
¿Qué hubiera pasado si se enamorara de un chuncho?
Jamás me hubiera enamorado de un chuncho porque no había
chunchos en mi vida así que eso no hubiese pasado.
¿Cómo era la relación entre las barras de Colo-Colo?
Buena, siempre fue muy buena. Algunos se casaron, hay
familias. Éramos todos muy unidos.
¿Y entre la barra de Colo-Colo y Universidad de Chile?
Nos conocíamos, había buena onda.
¿Se molestaban en la galería, los cabeza de chancho abajo y
las risas o no?
Si poh. Tengo fotos del chancho. Eso se le ocurrió a Manuel
García y un grupo de hinchas.
¿Manuel García el cantante?
No. (Ríe). Manuel García era el Presidente de la rama de
voleibol de esos años y fue uno de los fundadores de la barra estudiantil con Víctor
Herrera, Marisol Hernández que en paz descanse. Ellos formaron a jóvenes de
todos los liceos de Santiago. Y todos llegamos a Cienfuegos, éramos cinco mil y
quizás un poco más. Tuvimos que arrendar el Gimnasio México para que fuéramos a
ensayar nuestras canciones.
¿Cante una de esas canciones?
No, no me hagas cantar.
Pero, una comenzaba así. ¿Casze, Caszely?
Sí, “Casze, Caszely con Vasconcelos. Se la juegan al puro
toque, al puro toque, como en Brasil”. Es muy linda esa canción.
Lo hemos hablado, su apodo, como es conocida, la Tía Magaly.
¿Cómo nace este sobrenombre?
El tiempo va pasando, para mis amigos yo soy la Magaly, pero
para los hijos de mis amigos yo soy la Tía Magaly. Y como te digo, Colo-Colo es
una familia, una familia donde tú, imagínate. Esta semana nació la hija del
Chino Pilsen, la Amparito y con eso vienen las invitaciones a matrimonios
porque también se nos casa la familia. Y siempre hay cosas lindas en Colo-Colo,
por eso yo te digo que somos una familia. De repente molesta cuando nos
maltratan y ver a tanto anti colocolino que lo único que quiere hacer es
jodernos la onda, pero da lo mismo porque nosotros somos felices en nuestro
estadio, en nuestra casa.
Señora Magaly, me imagino que usted no sólo es de venir a
ver fútbol. ¿Jugó alguna vez?
Si pues. Jugaba de delantera y mediocampista. Algo se hacía.
(Ríe).
Y según sus dotes futbolísticos ¿Cómo le gusta a usted que
juegue Colo-Colo?
La verdad es que me gusta siempre que haya más delanteros y
así hay más posibilidades de gol y me preocupa lo del mediocampo. No hay
mediocampistas como había antes y después de Espina, no ha habido jugadores tan
buenos que hayan llegado a Colo-Colo. Se perdieron esos jugadores. Uno ve a
Valdivia cuando anda inspirado y es un lujo verlo. Como fue ver a “Chamaco” o a
Caszely.
¿Usted con los años se transformó en la primera persona en
Chile en implementar el merchandising deportivo?
Así es pues. Hace 25 años. Yo era proveedora de banderas y
banderines en Colo-Colo y me ofrecen la oportunidad de instalarme en el Teatro
Monumental y en el estadio. En ese
tiempo, Miguel Henríquez, tesorero de Eduardo Menichetti.
Y de ahí no paré.
¿Cuál es el producto que más se vende en la tienda alba?
Toda la vida las camisetas. Luego el jockey, tercero los
tazones y luego el llavero. La ropa de niño después es quien se queda con
quinto lugar.
¿Usted vive gracias a esto?
Si, gracias a Dios yo trabajo en mi pasión. Llevo 25 años en
el mismo rubro y me gusta atender a todos los clientes muy bien.
En la actualidad le toca asumir un puesto dirigencial en el
CSD Colo Colo. ¿Qué expectativas tiene?
Trabajar por los mayores. Esa es mi misión. Nosotros somos
muy importantes porque tenemos la historia de nuestro Club y si no se cuenta se
pierde. Hay muchas cosas. La gente guarda sus banderas, libros, y es tiempo que
la gente saque sus reliquias y muestre que es Colocolino de toda la vida.
Después los viejos se nos mueren y nos quedamos sin saber cómo estaba. Me ha
tocado despedir a grandes amigos. Presidentes de las barras de Colo-Colo.
Habla de presidentes en la rama de vóleibol, en las barras.
¿Por qué era necesario tener un presidente en cada estamento?
Porque teníamos que estar organizados. Si tú no tienes un
líder, cómo te organizas.
Eran nombrados de forma natural, pero en muchos casos se
eligieron a estos líderes.
¿Le tocó presidir una barra?
Si, fui la primera mujer presidenta en la barra juvenil.
¿Le gustó ser presidenta de la barra?
Sí, pero poco tiempo no más. Es que, a ver. Siempre los
hombres han sido un poco delicados con las mujeres. Estuve poco tiempo, pero
trabajé bien. Siempre he intentado hacer las cosas lo mejor posible.
Habla de los hombres y sus deseos de liderar. ¿Qué opinión
tiene con respecto al machismo?
Yo tengo bien clara la película y todos tenemos roles
distintos.
¿Y cuál es el rol de la mujer?
Estar en la contingencia actual, pues. Estar donde tenemos
que estar. Nosotras no tenemos que ser de otra forma, creo que ustedes, los
hombres en su lugar y nosotras en el nuestro. Podemos compartir tareas y
tratarnos con el respeto que corresponde.
¿Qué opina del machismo?
Es que no entiendo el machismo. No conocí el machismo. Y si
lo conocí, uno o dos, se tuvieron que retirar.
¿Usted se considera feminista?
Si.
¿Qué opina de la comisión de Género?
Me encanta. Me encanta. Es que la mujer es importantísima en
el Club. Ya te digo, Rosario Moraga, la mamá de Carlitos Caszely, la María
Colo-Colo.
Señora Magaly Vargas San Martín. ¿Siempre la vemos igual?
Siempre me va a ver igual.
¿Bien maquillada, con una tenida reluciente?
(Ríe). Si, pues. Toda la vida.
¿Es su sello?
Sí, es que hay que verse bien, gustarse, eso es fundamental.
En temas más relacionados a la interna de nuestro Club y
para ir finalizando ¿Qué opinión tiene con respecto a la Concesionaria Blanco y
Negro S.A?
Es complicada la pregunta. A mí no me gusta. La tolero, pero
el camino no es bueno. Ahora, menos mal, las cosas desde el Club la estamos
haciendo bien. En la última asamblea, cuando Fernando Monsalve entrega el
balance, muchas personas que estábamos ahí, y comparándolo con el Colo-Colo que
dejó Labán, hoy es un Colo-Colo que tira hacia arriba. Y creo en la juventud
que hay aquí.
¿Y esa juventud la motivó a aceptar el cargo dirigencial, se
ve reflejada en nosotros?
Sin duda que me veo reflejada al ver lo inteligente y
preparados que son. No dejan nada de lado. A mí me ha sorprendido mucho la
juventud que tenemos en Colo-Colo. Las filiales, la barra y yo creo que vamos
por un buen camino.
¿Qué tan buen camino?
Que se puede lograr el objetivo de recuperar el Club.
¿Sueña con ver ese día?
Si, pues. Si yo soy joven todavía.
¿Y qué hace para mantenerse tan joven?
Actuar bien pues, ser una buena persona. Tener una buena
alimentación. He tratado de cuidarme. Espero llegar a los 80 y recuperar a
Colo-Colo.