Sergio Hernández: Hemos logrado posicionar al CSD Colo Colo como una voz reconocida en el ámbito social, político y cultural del país

martes 17 de diciembre, 2019

Por: CSD Colo-Colo
El encargado del Área de Comunicaciones de la Institución hace un repaso al año de gestión del actual Directorio Nacional.

Sergio Hernández González es Administrador y Relacionador Público de profesión. Padre de dos hijas, Ignacia la mayor de 9 años, y Amparo de 2. Desde hace 11 años se desempeña como trabajador en el Metro de Santiago como Jefe de Estación y en el día a día debe lidiar con la contingencia y vorágine de su labor.

Como colocolino, está ligado al club desde pequeño, pero formalmente como Socio desde 1989.

A lo largo de los años ha sido integrante de grupos activos de socios y socias participando activamente de la vida institucional y colaborando en actividades sociales y culturales ligadas al Club Social y Deportivo Colo-Colo.

Una tarde de lunes, y previo a una de las tantas reuniones que se realizan en el Estadio Monumental, se toma una pausa y conversa con “Pasión del Pueblo”, la revista del CSD Colo-Colo para analizar la contingencia social y la vida institucional.

¿Cómo ha sido tus últimos dos meses de tu vida?. Lo pregunto en tu condición de trabajador del Metro de Santiago…

Han sido dos meses complejos. El inicio del estallido social que aún atraviesa el país se focaliza en el Metro. Antes del 18 de Octubre los estudiantes llevaban dos semanas previas con evasiones y eso fue una bola de nieve que fue creciendo y que revienta el 18 de Octubre, día en que me toca estar en la Estación de Metro de Estación Central. Recuerdo que los cabros (estudiantes) saltaron los torniquetes, hubo incidentes y la estación quedó inoperativa y Metro decide suspender sus operaciones, algo inédito en la historia del ferrocarril metropolitano, ya que nunca se había dejado de operar por algo de estas características: que eran manifestaciones en su interior. Esto fue el punto de inflexión a lo que pasó después, ya que esta suspensión gatilla en la paralización de la ciudad y que esto sea una rebelión popular que no sabemos en qué va a terminar. Si espero que las demandas que está pidiendo el pueblo se puedan canalizar y ojalá llegar a bien puerto con esas demandas.

De la rebeldía de los estudiantes pasemos a un club formado por rebeldes, ¿cómo nace tu unión con Colo-Colo?

Mi primer partido en el estadio es en el año 1989 y llego a un partido en el Estadio Nacional y a un clásico muy particular, ya que si Colo-Colo ganaba ese partido, la U descendía. El partido fue para el olvido, ya que nos golearon por 3-0 y quedó la embarrada en el estadio. Yo era chico, tenía como 12 años y fue la primera vez que vi a la Garra Blanca. Yo no tenía idea de lo que era un estadio y cuando iba entrando pensaba que iba a aparecer alguien a transmitir el partido. Era muy pájaro y quedé impactado, ya que perdió Colo-Colo y la barra comenzó a quemar los tablones del sector norte y era algo que yo no había visto nunca en mi vida.

 Ese hecho que viste en las graderías del sector norte lejos de alejarte, te acercó más a Colo-Colo…

Como siempre fui colocolino seguí asistiendo al estadio y siempre pensaba que la barra se juntaba de forma espontánea tras el arco norte, pero para un partido escuché que había una reunión en Cienfuegos 41 a las 8 de la noche y junto con mi amigo de entonces, David, nos dimos cuenta que la barra tenía una estructura, una organización y partimos a la reunión. Ahí vimos a todos esos gallos que veíamos en el estadio, todos mayores que nosotros. Ese día me hice socio tanto del Cub como de la barra y me sentía orgulloso de pertenecer a esos locos que alentaban a Colo-Colo de una forma más particular que el resto del estadio.

En ese tiempo, la barra era un grupo bien heterogéneo, no habían separaciones y después como fue creciendo todo, se decidió dividir la barra por comunas, y cada grupo o piño fue colocando su propio nombre. Ahí aparecen los Dangers de La Florida, los Killers de La Cisterna, Los Drogos de La Pintana, etc, era una forma de darle un orden a la organiza que empezaba a expandirse por todos lados.

Con los años algunas cosas cambian, pero el amor por Colo-Colo se mantuvo intacto. Sergio Hernández cambió algunas de sus prioridades en la vida y poco a poco se fue desligando de la barra, pero siempre se mantuvo ligado al Cacique, esta vez en otras organizaciones.

El primer grupo que estuvo en la barra, no me gusta hablar de Vieja Escuela, y que estuvo entre 1986 y 1991 con los años fue cambiando y se fue alejando del estadio. En mi caso, que vengo de familia humilde, y no me daba para estudiar y venir al estadio. Me fui alejando un poco de la orgánica estadio – barra, pero me mantuve ligado a otras organizaciones donde también participaba gente del estadio en otras instancias, tales como universidades, federaciones, organizaciones sociales y se fue juntando un grupo de amigos que se juntaba en la barra y que postulábamos que había que quemar etapas y marcar hitos, por ejemplo, si alguna vez perteneciste a la barra, lo lógico después es participar de la vida social e institucional del Club y luego a nivel dirigencial. Eso se fue dando en varios grupos y particularmente en el mío, el que le pusimos “La Cofradía”, y dónde participa gente que perteneció a la primera época de la barra y otra gente que no son barristas, pero que les interesa la vida institucional de Colo-Colo y participar activamente de eso.

¿Cuál fue el trabajo que realiza la agrupación de socios “La Cofradía” y cómo se hicieron un espacio en la vida dirigencial del CSD Colo-Colo?

Nosotros como “La Cofradía” trabajamos activamente con la base social, estuvimos ligados de todas las agrupaciones de socios que existen en torno al Club, especialmente tuvimos una relación social política con Colo-Colo de Todos, que fue la gran base del primer directorio democrático que tuvo el Club después de la quiebra, y gracias a ese trabajo colectivo y en sintonía con otros grupos se fue dando esta estructura de directores desde “La Cofradía”, que tuvo a Juan Tobar como integrante de la mesa directiva en el primer período del mandato de Fernando Monsalve.

Luego, con el tiempo, se conforma el colectivo “La Fuerza de su Gente”, que es el proyecto liderado por Edmundo Valladares que llegó a la presidencia del Club en diciembre de 2018.  Debo reconocer que por temas laborales y académicos no participé mucho de esa primera parte, pero como había estado en algunas reuniones siendo expositor de mesas de trabajo que se habían realizado, se comunicó conmigo Edmundo para decirme si quería ser el Director de Comunicaciones del Club. Yo en lo personal quedé para adentro, porque es un área sensible dentro de la Institución y es una responsabilidad enorme. Me asusté un poco, pero pensé que era el momento de hacer algo por Colo-Colo, por la Institución en general, pero también por el proyecto que representa Edmundo, de quien tengo la mejor impresión y me parece una persona súper respetable. Por eso asumí el compromiso de colaborar para hacer mucho más grande nuestra Institución.

¿Cuál es la labor que se realiza desde Comunicaciones y que es lo que se pretende proyectar en estos cuatro años de Directorio Nacional?

Uno de los lineamientos que está en la base de trabajo que elaboramos como “La Fuerza de Su Gente” y que después teníamos que proyectarlo en el Directorio Nacional es sin duda fortalecer las comunicaciones con las socias, socios e hinchas del Club, llevar una voz cantante en cuanto a comunicar qué es el Club, cómo se trabaja y para dónde va, con una política de puertas abiertas, dónde el hincha se sienta representado, dónde las socias y socios estén informados, dónde tengamos una comunicación fluida con nuestra base societaria. La idea es que a través de las planificaciones, del proyecto comunicacional que tengamos, proyectemos el Club que queremos para que a futuro podamos tener 10 mil o 20 mil socias y socios al día. Ese es el trabajo que tenemos como misión.

En el último año hemos visto al Club con constantes apariciones en los medios de comunicación  posicionándose en temas que van más allá de lo deportivo. Imagino que esto te deja buenas sensaciones para lo que viene…

Creo que hemos comunicado de buena manera el mensaje en el último año, pero siempre hay cosas por mejorar. Debemos encontrar una forma o un modo de comunicar de manera que el hincha, el socio o socia, se sienta mucho más parte de nuestra Institución, que el hincha quiera inscribirse como socia y socio,  que quienes vean nuestras redes sociales, nuestros videos, se sientan representados y se vean reflejados en el Club y se motiven a participar de todo lo que genera el Club Social.

Debemos fortalecer el trabajo colectivo, comunicacional y proyectarlo. Nosotros somos el nexo con el directorio. El Área de Comunicaciones es el catalizador del Club. Todas las áreas nos piden algo a nosotros y ese pedido debemos transformarlo en Comunicación efectiva, y que ese mensaje llegue de forma clara a todas las socias, socios e hinchas y que éstos se sientan parte, querido y empoderados dentro del Club.

Hace unos días se cumplió un año desde que asumió este Directorio Nacional que encabeza Edmundo Valladares, haciendo un análisis de lo realizado, ¿cuánto se ha avanzado en los últimos 365 días? 

Mi evaluación de este año de directorio es positiva. El directorio anterior encabezado por Fernando Monsalve tuvo el desafío de levantar el Club ya que lo encontró en el suelo, sin socios, documentos y prácticamente sin oficina.  Hay que reconocer que recibimos un Club más ordenado y nuestra pega es fortalecer y engrandecerlo mucho más de lo que es. En este último año se ha hecho un muy buen trabajo en lo directivo, social, económico y comunicacional, creo que se ha fortalecido el posicionamiento del Club tanto de forma interna como externa. A mi parecer, Edmundo ha logrado posicionar al CSD Colo-Colo en los medios y es una voz reconocida en el ámbito socio político cultural del país. Sin duda que nos falta más, pero creo que así como vamos al final de estos 4 años vamos a tener un Club Social mucho más grande, empoderado y fortalecido. Creo que este directorio tiene ese desafío y tiene la gente para hacerlo. 

Entre tu trabajo en el Metro y tus labores de Director Nacional me imagino que queda poco tiempo para la familia, hay cansancio y agotamiento, pero al final del día el trabajo por el Club te deja lleno de satisfacciones… 

Trabajar por el Club es algo que me motiva, que me gusta. La familia sabe que es un trabajo que reúne a mucha gente y que no es individualista. Yo no trabajo para mí acá. Yo tengo un trabajo en el Metro que me permite vivir para mis hijas y mi madre, pero el estar en el Club es un trabajo colectivo que no tiene remuneración económica, pero tiene otros retornos, como son la satisfacción de trabajar por un colectivo, por tus ideales y por fortalecer una Institución que tú crees que debe estar presente en la vida social de todos los chilenos, incluso en aquellos que no son colocolinos.

Sin duda, a veces hay muchos costos familiares y hay agotamiento y cansancio, pero todo eso queda chico al estar apoyando y colaborando en lo que a uno le gusta y sobre todo, trabajar por tus ideales. Creo que Colo-Colo representa eso para mucha gente, ideales, un estilo de vida, ya que este Club es una forma de ver, de sentir, de ver el mundo y de posicionarse dentro de esta sociedad.